La tecnología y la Cadena de Abastecimiento, o Supply Chain, siempre han ido de la mano; las cantidades de información y principalmente la complejidad de los problemas logísticos y las configuraciones operacionales de las empresas requieren de la asistencia de la tecnología para funcionar a las velocidades que la industria y el mundo globalizado exigen. Estas herramientas han ido cambiando a lo largo del tiempo, evolucionando permanentemente hasta ofrecer hoy en día posibilidades que abren las puertas a nuevos modelos de negocio. Conozca aquí cuál ha sido ese desarrollo.
La evolución hasta el día de hoy.
A lo largo de las últimas décadas, buena parte de los desarrollos empresariales de software y tecnologías para aplicaciones industriales se centran, desde una u otra perspectiva, en facilitar, centralizar y dinamizar la recolección de datos, procesamiento y almacenamiento de información y el mejoramiento y optimización de las operaciones empresariales. Bien puede identificarse dos claras tendencias de la tecnología, que por un lado se ha decantado hacia el manejo contable y financiero de las organizaciones, y por otro lado se han desarrollado tecnologías que se enfocan en el manejo, seguimiento, control y optimización de las operaciones, incluyendo logística, manejo de inventarios, trazabilidad de productos y activos, manufactura y mantenimiento, etc.
Desafortunadamente, durante varios años la interrelación entre dichas vertientes tecnológicas fue muy pobre, haciendo difícil la tarea de vincular, por ejemplo, la información proveniente de un sistema TMS (Sistema de Gestión de Transporte o Transport Management System) y el sistema de contabilidad y gestión de costos de la empresa. Desde hace varios años afortunadamente, diversos desarrolladores de software se han encargado de ofrecer productos modulares que permiten la interoperabilidad de diferentes sistemas y aplicaciones, y la conexión entre ellos para ofrecer a la alta dirección, mandos medios y operadores en las empresas, las herramientas y la información necesaria para que tanto la operación como el control sean una realidad consolidada y simultánea en lo que al manejo de la información respecta.
Hoy en día es posible, gracias a los costos sustancialmente bajos de la tecnología y las comunicaciones, monitorear el desempeño de redes de distribución, conocer en tiempo real niveles de inventarios y movimientos de productos, y reconfigurar las operaciones de grandes sistemas de producción, asignación de recursos y distribución de productos de manera automática y en respuesta a los cambios que se presenten de manera inesperada.
Ejemplos:
- Cambios en la asignación de tripulaciones y equipos en aerolíneas, conforme se presentan retrasos y cambios en los itinerarios.
- Asignación dinámica de tarifas de tiquetes aéreos, según la demanda y la fecha del vuelo.
- Reasignación en tiempo real de rutas de recogida o entrega de productos en operadores logísticos o servicios de paquetería.
- Sistemas de asignación del vehículo o equipo disponible más cercano, en servicios de emergencia médica, taxis o servicios de asistencia técnica en carretera.
- Seguimiento en tiempo real de niveles de eficiencia y productividad de líneas de producción o procesos corporativos.
- Control de niveles de inventarios en punto de venta, en tiempo real gracias a tecnologías de código de barras o RFID.
La tendencia de los proveedores de soluciones tecnológicas es desarrollar nuevos productos y soluciones que sean capaces de abarcar más y más situaciones y necesidades de los clientes, o bien que sean capaces de «hablar» con otros sistemas con facilidad para compartir e integrar información y permitirle a las empresas hacer un uso extensivo de la información y la toma de decisiones que de ella se deriva. Ahora la mayoría de sistemas ERP están conectados a dispositivos móviles posibilitando el análisis, la toma de decisiones y la transmisión de instrucciones operacionales desde el bolsillo de cualquier usuario en cualquier parte del mundo.
El papel de la industria Móvil.
Hace una década (hablamos del año 2005 y nos parece muy cercano), dotar de sistemas de seguimiento a un vehículo era una tarea costosa y algo complicada. Aunque la tecnología GPS lleva entre nosotros un buen tiempo, para ese entonces era necesario instalar módems, antenas, unidades GPS y fuentes de alimentación en el vehículo para que pudiese funcionar dentro de una red de seguimiento de vehículos. Era costoso y dispendioso, y pocas compañías en América Latina estaban dispuestas a hacerlo pues sus flotas no eran demasiado grandes como para beneficiarse de las ventajas que esta implementación ofrecía, o sencillamente estaba fuera de las posibilidades económicas o técnicas.
En este corto lapso de tiempo hemos podido presenciar una explosión en la tecnología, la disponibilidad y la relación beneficio-costo de los terminales móviles de consumo masivo, que hoy hacen posible que muchos más usuarios se beneficien de la los avances que están disponibles desde hace tiempo. Tanto las empresas como sus usuarios, hoy son capaces de interactuar en un nuevo nivel de despliegue y de alcance, donde la hiperconexión entre dispositivos permite que la información fluya a velocidad y costos nunca antes vistos.
Regresando a nuestro ejemplo, hoy en día cada vehículo necesita tan sólo un teléfono inteligente para poder reportar su ubicación, trayectoria, estado, disponibilidad, etc.
Tal vez nos hayamos acostumbrado a ello, pero en el año 2005 era impensable solicitar un taxi desde nuestro teléfono móvil y en cuestión de segundos visualizar todos los taxis disponibles en un radio de 5 kilómetros y ser asignados al más cercano disponible, conocer su tiempo de llegada, ubicación actual, identificación del conductor y del vehículo, etcétera, desde un dispositivo que cabe en nuestro bolsillo y tiene un costo accesible para una parte considerable de la población. Lo más sorprendente es que ese mismo dispositivo es el que usa el conductor del vehículo que nos recogerá y el que usan otros millones de personas, y que además sirve para miles de usos y soluciones más de manera simultánea y harmonizada.
IoT, el internet de las cosas (Internet of Things).
La interconexión superó las barreras personales, y ahora los objetos también están comenzando a conectarse a Internet a una velocidad creciente. Es posible conseguir cafeteras con Internet que preparan el café de su elección con sólo enviarle un mensaje desde su teléfono. Los vehículos de consumo masivo ya disponibles en el mercado envían notificaciones a sus usuarios y les permiten controlar la temperatura, la música y la iluminación de manera remota para que estén a su gusto al llegar a su vehículo. Las aplicaciones en ventas no se han hecho esperar, y ya existen botones conectados a Internet para ordenar productos de manera inmediata (Amazon Dash Button), y la infraestructura tecnológica para la entrega por medio de Drones (vehículos voladores no tripulados) ya está lista y esperando para que la regulación permita dichas operaciones (Pruebas de entrega con Drones en China por Alibaba).
Los efectos de estos avances implican una enorme revolución para las Supply Chains, que cada vez se enfrentan a tiempos de entrega más ajustados, órdenes más específicas y pequeñas, y canales y métodos de distribución que hasta ahora son desconocidos para la industria tradicional. Como lo vemos en la imagen y en el siguiente video, la tecnología ya abrió las puertas para que los consumidores generen órdenes de productos específicos, y esperan que la entrega se haga en el lugar de su preferencia, en el menor tiempo posible. La logística necesaria para hacer esto posible a un costo razonable es muchísimo más compleja que la que hasta hace poco era la única:
entregar té en la puerta de la casa de un consumidor en cuestión de minutos es un panorama retador y completamente nuevo comparado con la entrega tradicional consolidada de los productos en un supermercado para que los consumidores los adquieran allí.